jueves, 27 de febrero de 2025

¡HOY NO SERÉ INDIFERENTE!

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Viernes, 28 de febrero de 2025
Lectura devocional: Eclesiastés 9:1-10
Todo lo que hagas, hazlo bien, pues cuando vayas a la tumba, no habrá trabajo ni proyectos ni conocimiento ni sabiduría. Eclesiastés 9:10 (NTV)
“Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”. (Martin Luther King).
“Hombre soy, nada humano me es ajeno”.
Publio Terencio (185-159 a.C) 

¡HOY NO SERÉ INDIFERENTE! Tomo conciencia de mi deber como ser humano en un ciento por ciento. Sé que mis manos han sido capaces de hacer mucho bien, pero a veces la hija del miedo, que es la indiferencia, me ha estorbado. 

¡Hoy no seré indiferente! Mis manos harán esa carta que lleva tiempo pensada en la cual expreso gratitud a un amigo que nunca me olvida; es posible que mañana él no pueda leerla; hoy mis manos acariciarán a mis nietos que están en mi casa por un poco de tiempo, nada más, mañana se irán como yo también lo haré; 

¡Hoy no seré indiferente! Visitaré a un amigo necesitado y mis manos se posarán sobre su cuerpo para orar por él y con él; mañana tal vez sea tarde para mí también; mis manos aplaudirán al hombre o a la mujer de bien, al que ha arriesgado todo por el bien de la patria; hoy me anoto en la esperanza de una patria nueva, porque el coraje cívico que poseo, me lo exige; ¡es ahora o nunca!, porque como dijera el libertador Simón Bolívar: “la salud de la Patria consiste en no ahorrar sacrificios”. 

¡Hoy no seré indiferente! Porque el incremento de la injusticia y la opresión de la minoría que gobierna una nación, se basa en la mayoría silenciosa que lo permite, como decía Martin Luther King -aquel brillante pastor bautista pacifista, que se levantó desde su púlpito y tomó las calles, y hoy su pueblo goza de la libertad por la cual aquel hombre luchó- en medio del fragor de la lucha, dijo:“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”. 

¡Hoy no seré indiferente! Me levanto de mi temor y procuro que mi voz se proyecte a favor de la justicia, la unidad en la diversidad, y de la esperanza de un mañana mejor para mi pueblo; un día habré salido para siempre del espacio que DIOS me dio, y la indiferencia e insensibilidad de un cuerpo sin vida indicarán mi final, pero ¡mi tiempo todavía no ha llegado y estoy aquí! 

¡Hoy no seré indiferente! Me pondré la armadura espiritual que DIOS me dio y buscaré Su rostro en oración, porque reconozco que existen poderes espirituales de maldad: “Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales”. (Efesios 6:12; NTV), sin embargo, la oración sin acción es ilusión. La oración no puede ser una excusa para no ir a la batalla, sino que me prepara para la batalla y el triunfo. 

¡Hoy no seré indiferente!, porque la historia de los grandes momentos de la democracia y de la libertad, tuvo sus héroes, pero ya no están; no es el tiempo de adorar sus cadáveres, sino de emular sus hechos grandiosos mientras estuvieron entre nosotros. 

¡Hoy no seré indiferente! ¿Qué exige esta hora angustiosa en la cual vivimos de cada uno de nosotros? ¿Qué le diremos a nuestros hijos y a nuestros nietos en el futuro, cuando ellos nos pregunten dónde estábamos aquel día en que se perdió nuestra libertad y la patria? ¡Hoy salgo a predicar allí donde haya sufrimiento, injusticia, desesperación y dolor!  ¡Hoy quiero estar en dónde mi SEÑOR JESUCRISTO, también está! ¡Hoy no seré indiferente!  

Reconozco en el cristianimos modernos, dos extremos: Los que son tan celestiales que son indifirentes a los grandes cambios y sufrimientos que estamos experimentando en la tierra. Del otro lado, están los cristianos que son tan terrenales que muy de cuando en cuando, piensan en lo celestial. Como contrapartida invito a ambos grupos, que actúen, con este lema: ¡Hoy noseré infiderente!

¡Adelante, siempre adelante! 

Oración:

PADRE ETERNO:

Hoy mi oración llega ante ti, pidiéndote perdón por mis pecados y los pecados de mi nación; te confieso el pecado de nuestra indiferencia ante el clamor de los que sufren las injusticias, y te pido valor para predicar tu Mensaje de amor y perdón. En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

La oración no puede ser una excusa para no ir a la batalla, sino que me prepara para la batalla y el triunfo.

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miércoles, 26 de febrero de 2025

CRISTO, MI PASIÓN Y TRIUNFO

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
faular@hotmail.com
JUEVES, 27 de febrero de 2025
Lectura devocional: Hechos 20:17-31
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
—Hechos 20:24 (RV60)
“Deseo ser usado por Dios como un instrumento en Sus
manos para llevar a cabo Su maravilloso plan de misericordia para la salvación de los pecadores”.
David Brainerd (misionero del siglo XVIII).

LA HISTORIA DE LA OBRA DE EXPANSIÓN MISIONERA, fue realizada por hombres y mujeres de pasión. Son seres humanos muy especiales que no buscan sus propios intereses, sino servir a los demás. No están pendientes de dedicar días especiales ya sea de sus vacaciones o de la jubilación, sino de servir a DIOS, de consumirse en la obra de DIOS día tras día y momento tras momento. 

 

Pensando en estas cosas, busco el testimonio de esos discípulos del SEÑOR JESÚS, nacidos de nuevo por la fe, en el Nuevo Testamento y qued​o atónito: “No me preocupa si tengo que morir”. Nos dice el Apóstol prácticamente a mediados de su carrera ministerial. Este hombre extraordinario, nos habla de CRISTO, y nos regala otro concepto que nos amplia la pasión consumidora que lo hizo triunfante en sus días, cuando escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20, RV60). 

Definitivamente en su gran Epístola de la humillación de CRISTO en su gran capítulo del cristiano, nos dice: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. (Filipenses 1:21, RV60). 

 

De hecho el apóstol Pablo, a pocos meses de terminar su carrera al ser decapitado por Nerón, reseñó como estaba su condición espiritual: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel. Y ahora me espera el premio, la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me dará el día de su regreso. Y el premio no es sólo para mí, sino para todos los que esperan con anhelo su venida.” (2 Timoteo 4:7,8, NTV).

 

Como el Apóstol de Tarso, todos los que colaboramos en la extensión del Reino en estos días, debemos estar centrados y presos de una pasión por CRISTO que lo honre por encima de todas las cosas. Una pasión evangelizadora y misionera que anuncie el Evangelio, como la de Pablo y muchísimos otros cuya pasión por JESÚS, cambió la historia: “Lo que sí quiero es tener la satisfacción de haber anunciado la buena noticia del amor de Dios, como me lo ordenó el Señor Jesús.”  (Hechos 20:24, NTLA). 

 

Debemos regresar al concepto de aquellos primeros cristianos de los primeros siglos. Orar al SEÑOR de la mies para que nos dé nuevos obreros o nos fortalezca a los que estamos ahora mismo, desempeñando alguna tarea en la obra de DIOS, ya sea local, nacional o mundial. Los días que estamos viviendo son muy delicados, los malos obreros abundan y los verdaderos siervos escasean. El trabajo es mucho y la paga es poca. Pero la Palabra de DIOS, nos garantiza que el SEÑOR va con nosotros. ¡Ese es nuestro triunfo, no estamos solos! 

 

Sigamos marchando, orando porque la pasión por ÉL nos encuentre dispuestos y disponibles para Su honra y gloria. ¡El maligno nos quiere paralizar, pero en SEÑOR, podemos, levantar las manos caídas y las rodillas paralizadas porque el Apóstol, nos hace saber que pase lo que nos pase, el triunfo de CRISTO es nuestro triunfo: “Antes, ¡en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”! (Romanos 8:37,RV60).

 

 En cualquier lugar en donde DIOS no haya puesto, podemos exclamar también: ¡CRISTO es mi pasión y triunfo!  

¡Adelante, siempre adelante!

 

CRISTO, MI PASIÓN Y TRIUNFO

Francisco Aular

“Por lo cual, levantad las manos

Caídas y las rodillas paralizadas”

(Hebreos 12:12)

 

¡Cristo, mi pasión y triunfo

¡Voy por la vida cantando!

En lugares celestiales,

con mi Amado estoy sentado.

Mi posición es perfecta,

no porque esté sin pecado,

pero me esfuerzo en la gracia

del Cristo, resucitado.

Que hermosa es esta vida,

vivir rodeado de hermanos.

Victoriosos, sin fronteras

estrechándose las manos.

La vida es una carrera y

yo estoy participando…

Tengo las manos cansadas y 

las rodillas temblando.

Hay promesas de victoria

que me encuentro disfrutando…

Voy corriendo con paciencia

la carrera de los santos…

Depósito mi confianza

en JESÚS, la voy ganando…

Será un hogar nuestra iglesia

si todos vamos amando,

olvidando diferencias

como Cristo, perdonando.

Lleno de amor, nuestro pueblo

al maligno, derrotando.

Destruyendo fortalezas

y a pecadores, salvando.

Estoy sentado con Cristo,

lo imposible voy logrando:

¡Cristo, mi pasión y triunfo

voy por la vida cantando!

 

Oración:

PADRE ETERNO:

Aquí estoy en esta hora, delante de ti, rebozando mi corazón de gratitud por tu salvación tan grande y bendita. Ayúdame SEÑOR a compartir Tu Palabra a cualquier persona, en cualquier lugar, en cualquier momento y a cualquier precio. En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy:

Solamente nuestra pasión por JESÚS en marcha hablará por nosotros y ​de nosotros. 

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martes, 25 de febrero de 2025

TRANSFORMADOS POR LAS LÁGRIMAS

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
MIÉRCOLES, 26 de febrero de 2025
Lectura devocional: Mateo 5:1-12  
“Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación” (Mateo 5:4 RV60) 

DIOS ES SOBERANO, entre otras cosas eso significa que Él no tiene que dar explicaciones a nadie de porqué hace o permite las cosas que nos ocurren. Una cosa sí sé: DIOS tiene un propósito detrás de cada lágrima que derramamos y cada sufrimiento por el cual pasamos. 

 

El apóstol PABLO, dijo: Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 2 Corintios 4:17 (NVI).

 

JESÚS, muy cerca de su crucifixión, la muerte cruel que recibió les dijo a sus discípulos y por su extensión también a nosotros: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 RV60). Más tarde sus discípulos entendieron el valor terapéutico del sufrimiento y el propósito de la soberanía de DIOS, al permitir que sus hijos pasen por él: “En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión. Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer.” (Hebreos 5:7-8 NVI). 

 

¿Cómo es posible esto? -exclamé el día en que leí estos versículos- con un mayor entendimiento, en la economía divina he comprendido que JESÚS, ciertamente en su humanidad, tenía que aprender a obedecer para que después el PADRE, lo exaltará como SEÑOR: “Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! “Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2: 5-11 NVI).

 

He tenido la bendición de tener a mi lado en el transcurso de mi ministerio de consolación a verdaderos hombres y mujeres de DIOS, los diáconos. Uno de ellos, el hermano cubano don Evelio Alarcón, cada vez que íbamos a visitar a alguien en situaciones difíciles del sufrimiento humano, me pedía: —“Pastor cantemos el himno”, y él y yo, cantábamos su himno favorito: “Maestro se encrespan las aguas”. Pocos meses antes de morir el hermano Evelio Alarcón, Mary y yo viajamos desde Virginia para visitarlo en Toronto. Allí estaba mi valiente diácono, luchando contra los dolores de aquel terrible cáncer, todavía para nuestra despedida, tuvo el valor de ponerse en pie, y me dijo: —“Pastor, cantemos el himno”. Cantamos y oramos. Él no, pero Mary y yo​ sí. No pudimos evitar cantarlo mezclado con nuestras lágrimas. Al despedirnos, ambos sabíamos que era la última vez que nos veríamos en este mundo. Luego, el hermano Alarcón se sentó en su mecedora con sus piernas cruzadas, y esa es la última imagen que guardo en mi mente de un gran hombre de DIOS, mientras su esposa, la hermana Nena, cerraba la puerta…

 

El SEÑOR, nos dijo que los ciudadanos de Su reino, no debemos huir de las lágrimas: “Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación” (Mateo 5:4 RV60) . Ciertamente, hubo gozo en el abrazo de despedida con el inolvidable hermano Evelio Alarcón, era un ¡Hasta luego! Mary y yo, en silencio lloramos, porque también las lágrimas transforman y se convierten en gozo y consolación. Finalmente, me digo con ese acento cubano del hermano Alarcón: —“¡Pastor, cantemos el himno!”…


Maestro se encrespan las aguas
y ruge la tempestad, los
grandes abismos del cielo se
llenan de oscuridad, no ves 
que aquí perecemos, puedes
dormir así, cuando el mar
agitado nos abre profundo
sepulcro aquí.
Coro:
Los vientos las ondas oirán tu
voz: Sea la paz, sea la paz.
Calmas las iras del negro mar,
las luchas del alma las haces cesar;
y así la barquilla do va al Señor,
hundirse no puede en el mar traidor.
Doquier se cumple tu voluntad.
Sea la paz, sale la paz.
Su voz resuena en la inmensidad:
Sea la paz.
II
Maestro mi ser angustiado te
busca con ansiedad, de mi
alma en los antros profundos se 
libra cruel tempestad.
Pasa las pruebas con olas 
sobre mi frágil ser, y perezco,
perezco Maestro, ¡OH quiéreme
socorrer! 
III
Maestro pasó la tormenta, los vientos
no rugen ya, y sobre el cristal de
las aguas el sol resplandecerá.
Cristo prolonga esta calma, no me abandones
más, cruzaré los abismos contigo
gozando bendita paz.

(El Nuevo Himnario Popular, 1955 CBP. #380).

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
AMANTÍSIMO PADRE CELESTIAL:
Te alabo por Tus bendiciones y por las diversas pruebas a las que estoy sometido. Me consuelo sabiendo que habrá un propósito en cada una de ellas, dame tus fuerzas para vencer en el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
“El fuego del sufrimiento hace relucir el oro de la consagración”. Madame Guyon.

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lunes, 24 de febrero de 2025

ALCANCÉ SALVACIÓN

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
faular @hotmail.com
MARTES, 25 de febrero de 2025
Lectura devocional: Hebreos 2:1-4
Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar? Hebreos 2:4 (NTV) 

JESÚS CONTÓ LA HISTORIA DE UN HOMBRE RICO que murió, y pocos segundos después de su muerte, se encontró con la triste realidad de que nunca había nacido de nuevo y por lo tanto, no tenía vida eterna. Estaba en el lugar de separación eterna de DIOS y estando en tormentos estableció una conversación con Abraham, en donde le pidió que enviara a Lázaro, un mendigo que también había muerto en aquella misma hora, pero que tenía vida eterna. Éste fue llevado a la presencia de DIOS. Viendo el hombre la felicidad de Lázaro y su estado de justa condenación, se preocupó por cinco hermanos que, como el hombre rico, tampoco tenían vida eterna y pidió que enviara a Lázaro para predicarles cómo podían ellos salvarse de aquella condenación eterna. Esta fue la respuesta que recibió: “…Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se levantare de los muertos” (Lucas 16:31 RV60).

 

Como aquellos a quienes JESÚS dirigió estas palabras, nosotros pensamos que nos vamos a quedar en esta tierra para siempre. Pero la verdad de las cosas es que aquí viviremos, tal vez, un máximo de cien años, y moriremos. Pero el ser humano es también un ser espiritual, y esa parte espiritual vivirá para siempre, sea en el cielo o en el infierno. Nosotros somos más responsables hoy que aquellos que oyeron a JESÚS, porque nosotros también tenemos la Biblia que incluye a Moisés y los profetas, más el Nuevo Testamento que nos cuenta que ¡JESÚS murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día! Debido a lo que JESÚS es y lo que hizo por nosotros, el camino de la salvación a través del nuevo nacimiento por la gracia de DIOS y nuestra fe en Él está abierto delante de nosotros.

 

¿Qué es la salvación? Es la liberación del poder y castigo del pecado que mora en todos nosotros los seres humanos. La Biblia dice: “pues, todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23 NVI), y luego añade: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23 NVI). Aquí nos dice que ¡la salvación es un regalo de DIOS! Este fue el descubrimiento que yo hice hace más de seis décadas cuando lo leí en la Biblia ¡Qué salvación se nos ofrece para escapar a la condenación eterna en que nacimos! ¡Esto es como encontrar una salida de un edificio en llamas! Tiene razón la Biblia al afirmar: “¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos 2:4, ya citado).


Yo era uno de esos que pensaban que la salvación había que ganársela de alguna manera, y desde muy jovencito me quise ganar el cielo por esa vía. Me comparaba con los pandilleros, borrachos y drogadictos de mi barrio, y yo salía bien parado de mi diagnóstico. Sin embargo, yo tenía un gran temor a morirme joven. Cada vez que yo oía que alguien se moría en mi vecindario, me decía a mí mismo: “La muerte pasó bien cerca, y no me vio: ¡qué susto!”. Esto se tornaba una pesadilla que me duraba varios días porque mi madre de crianza era la rezandera de la comunidad, y allí estábamos ella encabezando los rezos y yo su compañero respondiéndolos… ¡Yo podía escuchar a los bromistas echar sus chistes y risas en el patio de la casa del muerto, y yo, lamentaba perderlos! Así transcurría mi vida​ lejos de la salvación en CRISTO.

 

Pero un precioso día ¡qué día! Leyendo la Biblia, descubrí que yo no era mejor que un hombre que vino una noche a hablar con JESÚS, se llamaba Nicodemo. Aquel hombre era un religioso de los principales del su pueblo judío. Era un hombre intachable. JESÚS, no le reprocha nada. Pero a un hombre de esta estatura religiosa y filosófica, JESÚS le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60). Luego en otra parte de Juan, JESÚS dice: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6 RV60). Más tarde en la oración sacerdotal de JESÚS, afirma: “Mas no ruego solamente por ésto, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Juan 17:20 RV60) 

 

¡Esto fue suficiente para mí!, en este versículo Dios me habló. La fe iluminó mi entendimiento entenebrecido. La fe me dio la luz que necesitaba. La fe me invitó a la casa del banquete de Dios. La fe me abrió las puertas del cielo. Abrí las puertas de mi vida a JESÚS y Su gracia corrió como un río de agua viva por todo mi ser, dándome la salvación. Me arrepentí de todos mis pecados e invité a JESÚS a que fuera mi SEÑOR Y SALVADOR. Me levanté de mis rodillas con la sensación espiritual de que todas mis cargas el SEÑOR me las quitó. Y Su perdón y misericordia, desde entonces ilumina mi ser. Era el jueves de la Semana Santa y no había nadie en mi casa. Me guardé aquel gozo por varios días, bebiendo y comiendo Palabra de DIOS hasta que al final, pude decirles a otros, lo que ha sido mi mensaje por más de sesenta años: ¡Alcancé salvación! ¡Adelante, siempre adelante!

Oración:

Hoy en mi tiempo de oración, lo haré cantando una estrofa del himno: Alcancé Salvación.

De paz inundada mi senda ya esté

O cúbrala un mar de aflicción,

Mi suerte cualquiera que sea, diré:

Alcancé, alcancé, salvación.

CORO:

Alcancé, salvación

Alcancé, alcancé, salvación”.

(Himnario Bautista #330, CBP, 1994).

Perla de hoy:

Sólo JESÚS es la fuente de Salvación del alma. ¡Teniendo a JESÚS, lo tenemos todo!

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domingo, 23 de febrero de 2025

¿POR QUÉ AMO A LA IGLESIA?

SALUTACIÓN
DOMINGO, 23 de febrero de 2025
Perlas del Alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Efesios 5:21-32
 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra. 
Efesios 5:25,26, (LBLA)

¿POR QUÉ AMO A LA IGLESIA? Porque fui hecho para pertenecer a la familia de DIOS. En realidad, yo me había convertido  el 11 de abril de 1963, en aquella ocasión toda mi familia se había ​ido a la playa y yo, ​me había quedado solo​. ​Ese día inolvidable vine a CRISTO. Entonces, el mismo Espíritu Santo, que me atrajo a Él, también me llevó a Su iglesia. 

 

Ocurrió así: Cinco meses después, el domingo 11 de agosto de agosto de 1963, llegué a la Misión Bautista Emanuel que se reunía en el edificio Punto Criollo de Chacaíto. El joven Adonís Rodríguez, un estudiante universitario, quien me había invitado no llegó porque se había regresado a Mene de Mauroa, pueblo falconiano de donde era oriundo. 

 

La Misión había sido fundada por un grupo de hermanos en su mayoría españoles y de otros países, resolvieron organizar una Iglesia al este de la ciudad de Caracas, en 1960. ¡Lo que no sabían ellos era que en mi caso particular al convertirme tres años más tarde en 1963, esa iglesia que ellos estaban fundando: Sería mi familia! 

 

¡En efecto, aquellos amados hermanos DIOS los había destinado para que fundaran mi familia cristiana, mi hogar como recién nacido en CRISTO! En verdad, lo creo de todo corazón que como todo creyente en JESUCRISTO,  es hecho para la familia de DIOS: “Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios”. (Efesios 2:19, LBLA).

 

¿Por qué amo a la iglesia? La amo porque JESUCRISTO fundó la iglesia, le dio un nombre, y la amó hasta el final de Sus días, y pagó un alto precio por ella: Su vida. El apóstol Pablo lo explicó comparándolo con los vínculos sagrados del matrimonio, de la siguiente manera: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra”. (Efesios 5:25,26, LBLA).  Además de todo esto, JESUCRISTO viene por Su Iglesia: “Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros”. (Juan 14:3). ¡Si el SEÑOR, viene a buscarnos y vendrá muy pronto! ¡JESÚS nos ama! “ y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos liberó de nuestros pecados con su sangre”. (Apocalipsis 1:5, LBLA).

 

¿Por qué amo a la iglesia? Porque el SEÑOR puso en mi corazón desde aquella tarde en que me dio Su Vida Eterna, un gran anhelo de predicar Su evangelio, Su mensaje que salva, impacta y transforma. Salí a testificar con Él, primero a mi familia, luego a mis compañeros de trabajo y de estudios. ​Algunos me oían con respeto, otros se burlaban, sin embargo, cada burla de ellos, cada risa, y se quiera persecución, me servían como leña para el fuego que ardía con llamas en mi corazón. 

 

En aquellos días, sentí una sed y hambre de pertenecer a una iglesia, de congregarme y de crecer. ¡El evangelio no es para huérfanos, y por eso la iglesia nos brinda la oportunidad, la libertad de crecer​ en la mutualidad de 58 acciones de “los unos a los otros”. Ayudándonos unos a otros. La iglesia nos enseña a usar los dones espirituales y mostrar un carácter como el de CRISTO”. La iglesia nos enseña a amar, pedir perdón y a perdonar. ¡Todos los cristianos nacidos de nuevo, estamos en construcción hacía la plenitud en CRISTO!

 

Por todas estas cosas, amo la iglesia, tengo el privilegio de estar creciendo todavía. Por más de 60 años he estado con muchísimos amados que ​se invirtieron y confiaron en mí, en aquel joven campesino de 17 años. ¡No, mi iglesia no es perfecta y contrario a lo que usted cree, JESÚS nos declara perfectos, sin arrugas y sin manchas, y nosotros por gratitud a Su misericordia y gracias le creemos, nos esforzamos en Su gracia para serles fieles. ¡Alli vamos! ¡Aleluya! ¡En realidad no somos nada, CRISTO  es todo! “ A Él nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo.  Y con este fin también trabajo, esforzándome según su poder​ que obra poderosamente​  en mí. (Colosenses 1:28,29, LBLA).

 

¡Feliz domingo del SEÑOR!

Vaya a Su iglesia hoy. Allí el SEÑOR será exaltado, enseñado y predicado, dispuesto​ y disponible para aprender y servir. 

¡No hay tiempo que perder!

¡Hoy por aquí en donde vivo, hemos pasado de -20 grados a 7 grados centígrados. ¡Los miembros de nuestra iglesia nos acompañaron todo el invierno! Hoy, el sol nos promete que hoy saldrá todo el día…¡Pronto vendrá la primavera!

Nos vemos en la iglesia y entonces le diré al llegar: ​¡Venga ese abrazo!

¡Adelante, siempre adelante!

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viernes, 21 de febrero de 2025

¡EL VERDADERO AMOR!

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
faular @hotmail.com
SÁBADO, 22 de febrero de 2025
Lectura devocional: 1 Corintios 13:1-13
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece. 1 Corintios 13:4 (RV60)

¡EL VERDADERO AMOR! Una ilustración: La pareja bella y prometedora que nos llegó a la iglesia, me entusiasmó. Eran mis hijos espirituales, los había bautizado, casado y presentado al SEÑOR su primer hijo. Pero un día me llamaron, y me dijeron las palabras que considero una de las más dolorosas que un pastor puede oír: “¡Pastor, nos vamos de la iglesia!”.

 

 La razón de dejar la iglesia, habían encontrado una iglesia más amorosa que nosotros, y ellos anhelaban un ambiente así. En realidad, nuestra congregación a la que ellos y yo pertenecíamos era un grupo de amados muy normales, ninguno éramos perfectos, pero los rasgos de una iglesia madura eran obvios. Pero ellos no lo veían así. Como un padre al cual el hijo le da sus razones para irse de casa, los dejé marcharse y les prometí que, en cualquier circunstancia de la vida, estaría al lado de ellos. 

 

Desde mi primer pastorado, pienso que las ovejas que el SEÑOR nos da en este peregrinaje ha sido una decisión que DIOS hizo desde antes de la fundación del mundo, y por lo tanto, puede terminarse la relación temporal, pero en alguna manera nuestros lazos de filiación espiritual, no terminan. Son eternos porque allí empezaron.

 

¡El verdadero amor! ¿Su característica? Por lo corto del espacio, nos detendremos en esta característica: “el amor no tiene envidia…” Ciertamente,  el apóstol Pablo, en esta carta a los corintios, que es un monumento al verdadero amor, responde: “el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece”…La envidia es sentir pesar por los talentos, dones y por los bienes de otros. 

 

Por eso, cuando la envidia llega a nuestros corazones, la vida espiritual decae; comienzan las comparaciones, los juicios y con ellos, los celos, las contiendas, divisiones y hasta el crimen. Hace muchos años, Salomón escribió: “Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!” (Eclesiastés 4:4 NVI) Más doloroso aún: El que siente envidia se hace daño así mismo. 

 

Escribiéndoles Pablo a los gálatas, no se anduvo por las ramas, y les señaló: “Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien… envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19,21,NVI). Los cristianos nacidos de nuevo, poseemos dos naturalezas, una es pecaminosa y la otra es divina. DIOS estaría negando todos Sus  principios espirituales y la libertad del ser humano, si nos obligará a amar así. Por ello,  el amor “ágape” es una decisión personal, en donde actúan: el espíritu, la mente y la voluntad. Las emociones están lejos de esta clase de amor al momento de decidir amar, aunque pueden venir luego como resultado de poner el amor en marcha.

 

¡El verdadero amor! Su origen, claramente, tenemos que destacar lo que es  el verdadero amor -en el griego original en que escribió el Apóstol- es “ágape”, el amor de DIOS, el amor incondicional obrando en nosotros, los cristianos nacidos de nuevo. Esta clase de amor se distingue en una persona porque “no tiene envidia”. Generoso como DIOS mismo, no envidia a otros lo que ellos posean; y si por circunstancias diversas los demás lo superan, no se irrita, ni se sienta angustiado y desplazado; no es celoso si otros lo superan, y reciben la recompensa y la alabanza. 

 

Desde luego, esta clase de amor “no es jactancioso, no se envanece”. Es humilde, no vanidoso; no ostentoso, ni deseoso de exhibir sus talentos o dones superiores o atraer admiración no merecida; el amor no es arrogante porque no considera a nadie inferior a él mismo, no se hincha con los halagos, ni se detiene ante las críticas; el amor no adopta “aires de grandeza” personal porque sabe que como todo ser humano es mortal. 

 

¡El verdadero amor! ¿A dónde buscarlo? Usted no tiene que abandonar su casa para buscar este amor, tampoco dejar a su iglesia…Los cristianos nacidos de nuevo, no tenemos que ir a ninguna parte a buscar este amor porque habita en nosotros desde que el Espíritu Santo, lo derramó en nuestros corazones (Romanos 5:5). Lo que tenemos que hacer es mostrarlo en lo que somos y hacemos en cualquier parte en donde nos encontremos, y contagiar a otros y embellecer el lugar en donde estemos. Todos salimos ganando cuando nuestra calidad de ser humano posee y muestra el verdadero amor.

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

PADRE JUSTO Y AMOROSO: 

Tú derramaste Tu amor en mí, cuando me arrepentí de mis pecados y confesé que Tu Hijo JESÚS es mi Señor y Salvador. Me esfuerzo en vivir en Tu gracia para impulsarme a mostrar el amor verdadero en lo que soy, lo que tengo y lo que hago. Ayúdame a serte fiel y amar como Tú amas. En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

En el desierto de nuestra vida, DIOS nos ofrece un oasis: Su amor.

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jueves, 20 de febrero de 2025

EL PUEBLO DEL AMOR

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
VIERNES, 21 de febrero de 2025
Lectura devocional: Juan 13:31-35
Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. Juan 13:34,35 (NVI) 

¡YO HE VISTO EL AMOR EN ACCIÓN Y FUNCIONA! A pesar de que amar es un verbo instrumental que los humanos usamos para todo: amo a mi patria, amo a mi perro, amo el deporte, amo la política y amo a mi familia, ¡ah! y se me olvidaba, amo a DIOS y me amo a mí mismo, sin embargo, las  frases que podamos utilizar, ¡no lo desgastan!, por el contrario, lo elevan y nos hacen darnos cuenta que necesitamos amar más y que nos amen también; como alguien dijo: “Nadie es tan bueno que no necesite ser amado, ni tan malo que no merezca nuestro amor”. 

 

Algo parecido ocurría con la palabra amor en los tiempos de JESÚS; el mandato era muy antiguo: “ No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”. (Levítico 19:18), JESÚS rescata la frase “amor al prójimo”, la saca del baúl de los recuerdos, la toma en sus manos, la pule, la corrige, la reedita y la pone en circulación desde esa vez hasta el día de hoy; y así será por toda la eternidad: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor”.  (1 Corintios 13:13). 

 

En efecto, usted ve ese amor funcionando en todo el libro de los Hechos de los Apóstoles y en las Cartas Apostólicas que componen el Nuevo Testamento. En estos escritos se recuerda a los cristianos, una y otra vez, que la única característica que debía brillar para los de afuera era el amor: “Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios”. (1 Juan 4:7). 

 

Sin duda, que esta concepción de la Iglesia como comunidad fundada en el amor, donde todos –con sus flaquezas e imperfecciones- tienen cabida, fue el fermento y luego el poder que impulsó el avance y la conquista de un mundo adverso. Prueba de ello, es que en su Apología contra los gentiles, Tertuliano nos ofrece un testimonio de primera mano sobre la vida de los cristianos del primer siglo, allí leemos que los paganos, admirados de la fraternidad que había entre los seguidores de JESÚS, murmuraban admirados: “¡Mirad cómo se aman!”. ¡Hagamos que hoy se diga lo mismo de los cristianos nacidos de nuevo!​ 


Pues bien, hoy podemos decir que el cristianismo en todas sus ramas practica el amor, porque lo queramos admitir o no, ninguna tiene el monopolio del amor. Admiro a los hombres y mujeres que han dedicado sus vidas al servicio del prójimo a través de los siglos, los que fundaron instituciones y sociedades, y por amor se lanzaron a la conquista de un mundo mejor. De vez en cuando, leo en la prensa las fallas de algunos de ellos, pero no se menciona lo bueno que otros miles han hecho a favor de los menos favorecidos.

 

Si usted investiga la vida e influencia de JESÚS, observará que sus discípulos, a través de los tiempos, convencidos de que Él vive en ellos, han predicados y vivido Su Mensaje delante de los demás seres humanos, y esto ha inspirado cambios en la vida de hombres y de naciones; por el contrario, saque a JESÚS de la historia, y la densa oscuridad y toda la maldad que habita en el ser humano, sale indómita a corromper, matar y destruir. 

 

He militado, por más de seis décadas, en la vida cristiana del Pueblo del amor. Soy lo que soy debido a los que me han amado, y pasado por alto mis debilidades y flaquezas. Nadie podrá decir que abandoné en ninguna ocasión al pueblo del amor, porque DIOS también me ha dado la capacidad de amar y perdonar, y por sobre todo, de hacerle caso a JESÚS y no a las malas inclinaciones de mi propio corazón: “Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros”. Este amor, vale decirlo que en el griego original, se usó la la palabra: Ágape” que es amor incondicional del pueblo de DIOS ha inspirado a los poetas por todos los siglos.​ ¡Sí he visto el amor en acción y funcional


¡Adelante, siempre adelante!

 

Los dejo con el poema “Oh amor de Dios” de F.M. Lehman; traducido por W.R. Adell. 

Oración:

¡Oh, amor de Dios! su inmensidad

Ninguno puede comprender;

Abunda más que mi maldad,

Trasciende todo mi saber;

Es vasto en su extensión

Y más profundo que el mar;

Es una eterna dimensión

Que llega a todo lugar.

 ¡Oh, amor de Dios! Brotando está

Inagotable raudal;

Por las edades durará,

Inmensurable, eternal.

Si fuera tinta todo el mar

Y el firmamento un gran papel,

Si cada hombre un escritor

Y cada hierba un pincel,

Al describir su inmenso amor

Se secaría el mar,

Y el firmamento en su fulgor

No ofrecería lugar.

 Un día todo pasará.

El mundo es sombra vana, sí,

Pues cada reino caerá

Y nada quedará aquí;

Pero la historia de su amor

Por siempre durará,

Y por los siglos su loor

Su pueblo cantará.

(Himnos de fe y alabanza #42)

Perla de hoy:

Pertenecer al pueblo del amor es un privilegio eterno que se traduce en acciones prácticas en esta vida, al identificarnos con nuestro prójimo en medio de la persecución, el sufrimiento y las injusticias que todavía existen en nuestro mundo.

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miércoles, 19 de febrero de 2025

LA PATRIA QUE MÁS AMO

SELECCIONES
Perlas del Alma
Francisco Aular
JUEVES, 20 de febrero de 2025
Lectura devocional: Apocalipsis 21:1-27    
Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y el mar tampoco existía ya. Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo.
—Apocalipsis 21:1,2 (RVC) 

LA PATRIA QUE MÁS AMO, ES UN LUGAR DONDE NADA SE MARCHITA: las flores no pierden su aroma y las hojas siempre están verdes. Sus playas de cristal son bellas y sin oleajes que se conviertan en huracanes o en tsunami. Allí no existen epidemias, ni fiebres porque no hay microbios o virus que las produzcan. El sol nunca brilla, pero la luz que ilumina la ciudad nunca se apaga por ello, no hay noche. El clima es una eterna primavera sin frío, ni calor. La temperatura es agradable. No hay nubes que oscurezcan el horizonte.

 

La Patria que más amo, no se caracteriza por la existencia de borrachos y sus canciones llenas de recuerdos y despecho. Tampoco la inmoralidad y sus consecuencias. Las cárceles y los reformatorios no tienen razón para existir.  En ese país sus habitantes los hombres y mujeres son puros y santos. Estar allí es después de haber pasado por el milenio, y como lo dijo la Palabra unos setecientos años antes de CRISTO: 

“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañará en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar”.

—Isaías 11:6-9 (RV60).

 

La Patria que más amo, se llama la Nueva Jerusalén y vino directamente desde el cielo a la tierra nueva. Aquí, disfrutamos todo lo nuevo prometido en la Escritura: Cielo nuevo, tierra nueva y la Nueva Jerusalén. En esta patria eterna, CRISTO es: el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin, la Estrella Resplandeciente de la Mañana. Esa Patria que más amo, es un estado eterno donde reina la armonía, la esperanza y el amor. Allí no hay necesidad del resplandor del sol, ni un templo para adorar porque CRISTO es el templo y lumbrera de todas las naciones.

 

La Patria que más amo, es el país de todos aquellos que aceptaron la Vida Eterna (Zoé) como el Regalo de DIOS para todo aquel que acepte la invitación:

“El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida”.

—(Apocalipsis 22:17,NTV). 

 

La Patria que más amo, es más real y verdadera que las naciones por donde he viajado, en donde nací, y en donde vivo. ¿Acaso, he ido allí? Lo diré de esta manera, hace 62 años el ESPÍRITU SANTO, selló mi ciudadanía de la Patria que más amo. Al menos durante 62 años, en mis limitaciones como ser humano, he andado espiritualmente de la mano de JESÚS y esperando ir  a Su verdadero Hogar:

“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.—(Juan 14:1-3, RV60). 

 

La Patria que mas amo, es mi razón de ser y el hacer en esta vida temporal, ya me veo dentro de los muros sagrados y eternos de la Nueva Jerusalén, y creo en la descripción que hizo Juan, el escritor del último libro de la Biblia:

“Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».

—(Apocalipsis 21:3,4, NTV).

 

La Patria que más amo, ha sido la razón, el impulso y la pasión que me invade para llegar allá, desde mis 17 años. He anunciado que JESÚS, vendrá a buscarnos para llevarnos con Él y vivir con Él para siempre. ¡Hice mía, la Patria Celestial, en realidad tengo conmigo, el pasaporte como ciudadano de ese bendito lugar con todos mis derechos y privilegios! Por la gracia de DIOS y mi confianza en Sus promesas, soy ciudadano de esa Patria y embajador para hacer que se plante nuevas iglesias que en realidad son embajadas y consulados de Su Reino en toda la tierra:

“…nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador”. (Filipenses 3:20,NTV)

 

La Patria que más amo, es un Regalo de DIOS. Me sorprende que muchos que oyen el Mensaje, no quieran ir allí. Sin embargo, mi responsabilidad y privilegio es invitar a otros que vengan. En verdad, los días son difíciles y viene mucho mal sobre la tierra.¡En dos mil años estamos más cerca del fin de la historia como la conocemos! ¡La invitación sigue en pie! Sin embargo, me mueve esta paradoja… “Lo bueno en estos días, es precisamente lo malo que se está poniendo”... El ser humano y su naturaleza pecaminosa, no ha cambiado desde los días en que Juan, escribió las profecías reveladas hasta el final de los tiempos:

—“Aquel que es el testigo fiel de todas esas cosas dice: «¡Sí, yo vengo pronto!».¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22:20,NTV).

¡Ciertamente, la Nueva Jerusalén es la patria que más amo! Ámela usted también…

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

PADRE ETERNO:

He aprendido a través de los años que eres Quien dices ser y haces lo que has prometido hacer. Eres Espíritu y nos pusiste un espíritu al cual das Vida abundante, para adorarte y servirte. ¡Ayúdame para ser portavoz del mensaje de la Patria Celestial! En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

El amor por la Patria Celestial, es un regalo de la gracia de DIOS. ¡Recíbelo y vívelo!

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martes, 18 de febrero de 2025

EL PASTOR DE LA IGLESIA TRIUNFANTE

Perlas del Alma
Francisco Aular
faular@hotmail.com
MIÉRCOLES, 19 de febrero de 2025
Lectura devocional: Hechos 20: 17-32
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
—Hechos 20:24 (RV60) 

EN 1976, CON DOS AÑOS DE SERVICIO AL FRENTE de mi primer pastorado, fui con mi hermano, consiervo y amigo David Vera a un Congreso de pastores nacionales mexicanos en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México. En aquel Centro de Entrenamiento Continental de la Cruzada Estudiantil y Profesional Para Cristo (actualmente CRU). Se oraba ininterrumpidamente las 24 horas del día. A David y a mí, nos pusieron a orar a las cuatro de la mañana, nos levantamos y nos fuimos a orar por una hora. En nuestro primer turno, hacía frío. 
 
​En aquella madrugada, nos correspondió estar al lado de un hombre, plantado de rodillas que ya estaba sudando. David, que conocía aquel lugar, me dijo en voz baja: — Ese hermano es catedrático de la universidad. Me correspondía orar al lado de aquel hombre. Hubo cosas que aquel hombre me enseñó porque oraba y en su clamor decía una y otra vez: “¡SEÑOR, enséñame a lavar los pies de tus amados pastores​ que sirven en tu Reino, con la oración! Salí de aquel evento de regreso a Venezuela con una resolución  y por el camino le dije a David Vera: —“Desde esta semana haré dos cosas como mi prioridad en la obra del SEÑOR: ¡Orar y a lavar los pies de los siervos de DIOS al orar por ellos”! En verdad: ¡A eso me he dedicado, desde entonces!
 
Mi tema en esta oportunidad es escribir sobre algunas cualidades del pastor de una iglesia triunfante. Como todas estas perlas del alma, me salen del corazón. No pretendo haber aprendido todo lo que encierra el llamado, la pasión y el gozo de servir en toda la extensión del Ministerio Pastoral. Me acerco al tema del pastorado en una iglesia local del Reino de DIOS, no desde la teoría, sino desde las ideas prácticas de más de cincuenta años en primera línea de servicio en el Reino de DIOS.
 
El mismo Apóstol es el ejemplo clásico de pastor de una iglesia triunfante en la lectura devocional de hoy: (Hechos 20: 17-32, RV60). ¡Desde luego nadie como el apóstol Pablo para cualquier ministerio en el Reino! Tanto Pablo como Pedro, escribieron sobre los requisitos: He aquí algunos del candidato a ser pastor de una iglesia triunfante:
·      Ser de ejemplo constante: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia”. v.18.
·      Tener un carácter marcado por la compasión y el servicio al pueblo de DIOS: “sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos”. v.19
·      Darse “Sin reservas, sin lamentaciones y sin vuelta atrás” W. Borden. “y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas”. v.20
·      La evangelización y el discipulado intencional para alncazar a los perdidos: “Tesficando solemnemente, tanto a judíos como a griegos”. v.21
·      Llenos del Espíritu Santo como guía y poder, en medio del sufrimiento y las diversas pruebas. vs.22,23.
·      Un carácter Cristocéntrico: “Pero de ninguna cosa, hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo”. V. 20ª. 
·      Fidelidad al SEÑOR JESUCRISTO: “con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibí del Señor Jesús”. V.20b.
·      Firmeza en esa fidelidad y una sola dirección en la vida “bíos”: “para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. V. 20c.
·      Una disposición de pagar nuestra deuda de ayudar a salvar a este mundo perdido, dando cuenta de su mayordomía de gratitud con el SEÑOR: “Estoy limpio de la sangre de todos”.  (no me siento responsable por ninguno de ustedes porque me he entregado en cuerpo y alma). 
 
Finalmente, el pastor de una iglesia triunfante: Debe anhela y poseer el empoderamiento espiritual que lo llene y apasione dado por el SEÑOR JESÚS: Debe subir al púlpito, y de cada acción que haga en el servicio del pueblo de DIOS, porque no sabe, ¿quién vendrá a oírlo? ¿Quén lo estará mirando? ¿Vendrá otra  vez?...Esto significa dar lo mejor de nosotros y prepararnos para representar a Quien nos salvó, nos edificó y llamó a Su ministerio: El SEÑOR JESUCRISTO.
 
Se llamaba Joe DiMaggio (1914-1999). Cuando empecé a oír y conocer acerca del béisbol, ​también empecé a admirar  a los jugadores favoritos de aquellos años, entre ellos a Joe DiMaggio, en realidad nunca lo vi jugar en vivo; pero ha sido llamado el más grande de los jugadores de los Yanquis de Nueva York. Aunque ya era un campeón, sus compañeros de equipo y entrenadores lo admiraban porque para cada juego, Joe, se esforzaba como si fuese un novato: —¿Por qué te entrenas tan duro: Él respondía: —¡Quizá esta sea la primera vez que alguien viene a verme!...
 
Como pastor de la iglesia triunfante, nunca sabré cu​ando será la primera o última vez que alguien escuchará la Palabra de DIOS  predicada o enseñada por mí, porque el Espíritu Santo, lo traerá para oírme.​.. ¡No puedo fallarle a DIOS!: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio”. (1 Timoteo 1:12, RV60).
 
¡Adelante, siempre adelante!
 
LA IGLESIA ES UN REFUGIO
Francisco Aular
El que anuncia estas cosas
 dice: «Les aseguro que vengo pronto».
¡Así sea! ¡Ven, Señor Jesús!
(Apocalipsis 22:20, TLA).
 
La iglesia es un refugio
Del mundo y la tempestad
Allí, todo es voluntario…
Andamos en libertad.
Recordando al SEÑOR
Sus palabras al ordenar:
“Amaos unos a los otros”…
“Mi Palabra: ¡Predicad!”
—“¡Vengo pronto!” Dijiste,
Una orden: “¡Esperad!”...
¡Pronto vendré con las nubes!
Y la trompeta: ¡Escuchad!
Cuiden siempre a su pastor
Y su conducta: ¡imitad!
Lo puse para cuidarlos
Y él cuenta: ¡Me dará!
Que los proteja del mundo
Que los separe del mal…
La iglesia es un refugio
Del mundo y la tempestad.
 
Cochrane, 18 de febrero 2025
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lunes, 17 de febrero de 2025

LA IGLESIA TRIUNFANTE

SALUTACIÓN
Perlas del Alma
Francisco Aular
faular@hotmail.com
MARTES, 18 de febrero de 2025
Lectura devocional: Hechos 20:17-38
Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. —Hechos 20:28 (NVI)
 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. —Romanos 8:37 (NVI) 

¿CÓMO SE MIDE EL TRIUNFO DE UNA IGLESIA LOCAL? Algunos piensan  que es por el número de personas que componen su membresía. Otros piensan que por el perfil de su membresía, si provienen de la clase media alta. Los que hacen énfasis en la economía financiera, el elevado presupuesto anual. Otros por el logro de tener varios cultos de adoración los domingos.  

 

No pocos piensan y con razón que el liderazgo pastoral le corresponde la visión, misión y pasión de una iglesia, hacia allá va nuestro intento de responder la pregunta. 

 

Creo que el pensamiento que recibí hace muchos años, es una realidad sin objeción, los hermanos han aprendido algunos refranes que nos puedan ayudar para iluminar el camino que intentamos trazar hacia una iglesia triunfante, refranes como estos: “Una iglesia es del tamaño de la visión de un pastor” “La iglesia es del tamaño del corazón del pastor” "Tal pastor, tal iglesia".

 

¿Para qué sirve una iglesia? ¿Cuál es la misión de la iglesia? He aprendido en el transcurso de más de cincuenta años en primera línea como pastor y plantador de nuevas iglesias que, adjetivo triunfante, se lo llevan las iglesias que culplen la misión que trajo a JESÚS a la tierra: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido”. (Lucas 19:10). 

 

Gracias al SEÑOR que formo parte de una familia denominacional cuyo énfasis cetral es el cumplimiento de la Gran Comisión que JESÚS, les ordenó: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:19,20, NVI). Igualmente, somos mayoritariamente una denominación de iglesias, con una membresía menor a los cien miembros.

 

Por lo tanto, existen en nuestro medio congregaciones muy pequeñas en número pero desafiados por el Espíritu Santo, se han hecho iglesias triunfantes. Por ejemplo, conozco a una que teniendo 65 miembros se lanzó a plantar 5 iglesias nuevas en su ciudad. Ellos lo lograron, ¿el precio? Después de literalmente sufrir los dolores de parto y parir a las nuevas iglesias, quedaron en 30 miembros…Pero esa treintena se convirtieron en los 300 soldados de Gedeón modernos. Hace unos meses, visité tanto la iglesia madre como una de las iglesias hijas. ¡Ambas iglesias han crecido, y como son frutos de la plantación de iglesias en esa ciudad, están repitiendo la historia con nuevas iglesias!

 

Del pasaje de Hechos capítulo 20, en donde el más extraordinario misionero de la Palabra que ha existido, se reúne en Miletos con todos sus discípulos que son los pastores de muchas de aquellas iglesias alrededor de Éfeso. La mayoría de las versiones bíblicas, titulan la escena allí en la playa de Mileto: “La despedida de Pablo”.

 

De esta sentida despedida del Apóstol de sus discípulos en la playa de Mileto en Éfeso Pablo y la amonestación solemne que les hizo, se desprenden las siguientes verdades y características de una Iglesia Triunfante. En torno a este pensamiento que siempre será actual para las iglesias conviene que la dividamos en cuatro características. Veamos:

·    Una iglesia triunfante, se caracteriza por la conducta de sus obreros.

·    Una Iglesia triunfante, se caracteriza por la doctrina de sus obreros.

· ​   Una iglesia triunfante se caracteriza por la fe de sus obreros.

·    Una iglesia triunfante se caracteriza por la visión, misión y pasión de sus obreros.

 

Con la ayuda del SEÑOR, veremos que el Apóstol, no se andaba por las ramas enfocando su atención en los pastores de las iglesias. La manera que explica Lucas al escribir, esta escena es: “Sintiendo Pablo que no tenía el tiempo necesario para visitar a toda la iglesia, hizo llamar a los ancianos.” Como sabemos, “ancianos” es una de las tres palabras del Nuevo Testamento para la vocación que DIOS pone en el corazón de lo que llamamos actualmente pastor de una iglesia local.

 

Les comunico lo que he aprendido a manejar la Palabra, si usted está interesado en llegar al corazón de una iglesia, tiene que tocar primero el corazón del pastor como nos enseñó el Apóstol, en Hechos 20:17-38. ¡La iglesia no es triunfante porque triunfará, sino porque ya ha triunfado!

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

¡PADRE ETERNO!

Te alabo por revelarnos en JESUCRISTO, el misterio y ministerio de Su Iglesia. Ayúdame a amar a Su Iglesia como Él, la ama y la hace triunfante en medio de los últimos tiempos. En el nombre de JESÚS. ¡Amén!

Perla de hoy:

Es imposible vivir la vida en la iglesia triunfante: Sin obreros llamados y aprobados por DIOS, la Biblia como la norma suprema de nuestra conducta, la oración y la participación de la comunión de los hermanos de la fe con acciones de “unos a otros”.

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