LOS DISCÍPULOS QUE NECESITAMOS

Francisco Aular

faular@hotmail.com

VIERNES, 10 de junio de 2022

Lectura devocional: 2 Timoteo 2:14-26

Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.

2 Timoteo 2:2 (RV60)

 

“Él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje… (Hechos 9:15ª,NTV)

 

Necesitamos discípulos verdaderamente convertidos al evangelio de nuestro SEÑOR JESUCRISTO. Forjados para ser discípulos y hacer discípulos que hagan discípulos en suficiente calidad y cantidad  dispuestos a cambiar, influir e impactar. Discípulos llenos del poder y el fruto del Espíritu Santo. Llenos del fuego de DIOS. Impulsados por el amor de CRISTO. Seguidores de una visión espiritual. Discípulos conscientes de su destino eterno en el cielo y responsables de su misión histórica en la tierra. Discípulos que disciernan que estamos en la hora y el momento para el cual hemos nacido. Discípulos que tengan como prioridad a CRISTO, después a CRISTO y siempre a CRISTO. Discípulos que consagren a DIOS sus hogares esposa e hijos e impidan con amor, que sus familiares ofrezcan a DIOS fuego extraño.

 

“Por lo tanto vayan y hagan discípulos de todas las naciones…” (Mateo 28:19ª, NTV)

 

Necesitamos discípulos llamados a ser discípulos y hacer discípulos para el SEÑOR. Discípulos que sean modelos del hombre nuevo. Discípulos forjados bajo el crisol de la oración, la evangelización y el discipulado. Dispuestos y disponibles sin buscar su propio beneficio, ni la vanagloria de la prosperidad material, que renuncien desde el principio a los beneficios de la vanidad, la popularidad y las aclamaciones de otros. Discípulos que cuando prediquen hagan resucitar las congregaciones muertas, y cuando estén de rodillas hagan temblar al infierno y sus demonios. Discípulos muertos para el mundo, que no lo muevan los elogios que son como polillas que corroen dulcemente, ni la critica malsana que entierra los altos ideales del visionario. Discípulos con una sola dirección en la vida: Agradar a DIOS. Discípulos convencidos de su llamamiento divino, y en virtud de esto, no se detengan ante la indiferencia de los que lo crean fanáticos, locos o tontos.

 

“Y le voy a mostrar cuánto debe sufrir por mi nombre”. (Hechos 9:16,NTV)

 

Necesitamos discípulos vigilantes de la situación moral, espiritual y social de su pueblo. Discípulos que llamen al arrepentimiento y a una decisión delante de DIOS a la gente de su generación. Discípulos consagrados al servicio de DIOS, y, a través de un corazón renovado tierno y compasivo trabajar juntos con un mismo pensamiento y propósito. Discípulos suficientemente humildes para considerar a los demás como mejores que ellos mismos y una entrega constante a los hermanos de las iglesias. Discípulos que comprendan la plenitud de la entrega del   amado JESÚS, quien se humilló “a Sí mismo” para ser como el ser humano, renunciando temporalmente a Sus privilegios y asumir un ministerio terrenal hasta Su muerte en la cruz. Discípulos que con su sudor y sus lágrimas hagan cerrar las heridas causadas por las espinas del ministerio; y que cuando se les obligue a caminar una milla puedan ir cien millas más sin conmiseración y amargura. 

 

“Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”. (Gálatas 2:20,NTV)

 

Necesitamos discípulos dispuestos a perder para que otros ganen, dispuestos a morir para que otros vivan. Discípulos siervos de los siervos del SEÑOR, suficientemente humildes para inclinarse a lavar los pies de sus hermanos en el ministerio. Discípulos dispuestos y disponibles para forjar discípulos para el SEÑOR, aunque ello signifique la muerte de su propia fama al apagarse tras un brillante discípulo. Discípulos que reconozcan sus propias debilidades y den gloria a DIOS en medio de su triunfo temporal en esta tierra. Discípulos esforzados y valientes para encararse al pecado venga de donde venga, diciendo la verdad en amor, aunque sea dolorosa. Discípulos con el pensamiento fijo en la meta gloriosa con su SEÑOR que hagan de cada fracaso un puente para la victoria, y de cada batalla perdida un bastión para ganar la guerra.

 

“En cuanto a mí, que nunca me jacte de otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Debido a esa cruz, mi interés por este mundo fue crucificado y el interés del mundo por mí también ha muerto”. (Gálatas 6:14,NTV).

 

Necesitamos discípulos dispuestos y disponibles esforzados en la gracia de DIOS y demostrar los resultados de obedecer al SEÑOR en sus propias vidas y en virtud de esto, pagar el precio del discipulado, sufrir el desprecio, la calumnia y la envidia; reconocer sus errores, ser rápidos en arreglar las relaciones rotas con sus hermanos, pedir perdón y perdonar ampliamente a sus deudores, y estar así en la disposición profunda y honesta para ofrecer el en altar de una vida santa: sus talentos, sus dones, su tiempo, su dinero, su espíritu, alma, emociones, voluntad y su todo.

 

“El amo dijo: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”. (Mateo 25:23,NTV).

 

Necesitamos discípulos que al final de su carrera en esta vida, cuando escuchen la voz: “¡Ven a celebrar conmigo!”…

Puedan exclamar:

—Te alabo PADRE, por haberme puesto en tu ministerio, te devuelvo tu arado, perdóname que te lo entregue un poco desgastado, la culpa la tienen mi sudor y mis lágrimas”.

¡Gloria a Tu Santo Nombre!

¡Adelante, siempre adelante!

ORACIÓN:

PADRE ETERNO:

Sé que andas buscando discípulos que se pongan ente Ti y el mundo perdido que nos rodea, y proclamen Tu salvación para el ser humano. Te imploro SEÑOR, quiero ser un discípulo que haga discípulos. En el nombre de JESÚS. Amén.

PERLA DE HOY:

El discipulado es una vida sobrenatural vivida en el poder del Espíritu Santo.