martes, 22 de junio de 2021

¿ERES TÚ SEÑOR? (1-2)

 Perlas del alma
Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 11: 1-15
— ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? Mateo 11:3 (NVI)

 

Creo que en los últimos tiempos la Iglesia del SEÑOR, se ha enfrentado a una gran prueba que se ha debatido entre la fe, la duda y la seguridad. Algunos amados de entre nosotros, se enfermaron, sufrieron y murieron. Hemos llorado con esperanza de un mañana mejor; firmes en la confianza en que estamos bajo la dirección del “Fiel y Verdadero”. Y, nos volveremos a encontrar en la mañana de la resurrección.  Por ello, nos hemos despedido de nuestros amados, diciéndoles: ¡Nos vemos en la mañana!

 

 Sin embargo, también nosotros como Juan el Bautista, después de un año de confinamientos, crisis sanitaria y económica sin precedentes, la pregunta de Juan el Bautista, sometido a prisión y en espera de una muerte cierta, la entendemos. Tal vez, también hemos sentido en este tiempo la necesidad de preguntarle a JESÚS: ¿Eres tú SEÑOR? “¿O debemos esperar a otro?”.

 

Definitivamente Juan el Bautista, fue un hombre excéntrico. Su nacimiento fue milagroso, y es muy seguro que en las piernas de su padre Zacarías, un sacerdote, aprendió la historia de su pueblo Israel.  Su crecimiento fue a campo abierto, a cielo descubierto mientras la lluvia acariciaba su cara, el sol le había curtido la piel y la bóveda celeste era el único techo sobre su cabeza. En su juventud no bebía vino ni sidra como los demás hombres. Andaba por el desierto buscando la dirección de DIOS, porque sabía desde muy pequeño que él era el mensajero que abría el paso a JESÚS, dice la Palabra que “Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langosta y miel silvestre” (Marcos 1:6). 

 

Su carrera ministerial fue exitosa para su cometido profético, llamó al arrepentimiento, bautizó a los creyentes e hizo discípulos. También bautizó a JESÚS. Juan tuvo que quedarse admirado cuando en el momento del bautismo de JESÚS, los cielos se abrieron y él vio al Espíritu Santo que en forma de paloma se posó sobre Él. Claramente también oyó la voz del PADRE que decía “Tú eres mi Hijo amado y en ti tengo complacencia”.

 

Por otra parte, la predicación de Juan era apasionada y no podía ver el mal sin condenarlo, viniera de donde viniera. Todo hubiera ido bien para Juan el Bautista, si no se mete con el terrible Herodes Antipas tetrarca de Galilea y Perea. Públicamente, lleno de valor y osadía, condenó la conducta de aquel déspota imperial; Herodes se vengó y Juan fue arrojado a la cárcel. Condenado a una muerte segura, el ministerio de Juan había terminado en una forma inesperada.

 

Encerrado Juan, repasa su vida una y otra vez. Está completamente seguro en que, dada todas las circunstancias proféticas, JESÚS, es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". En una de esas oportunidades, lo ataca la duda. No estoy aquí para juzgar a Juan, más bien hago este relato para agradecerle ese gesto de sinceridad que nos ha ayudado a los más pequeños en el reino, a saber, que la duda no es un pecado imperdonable. ¡DIOS nunca nos dejará sin respuesta!

 

Por el contrario, cuando la duda tiene como finalidad la búsqueda de la verdad para seguirla, es necesaria y bienvenida. 

 

JESÚS, no se sienta insultado, si en algún momento dudamos. Sin embargo, espera que nos calmemos y el sol de la verdad venga sobre nosotros y no quede ninguna oscuridad en nosotros. Tengo muchas citas bíblicas del sufrimiento del SEÑOR, y también en que, Él nunca nos prometió la teología de la prosperidad; sino la teología de la cruz y un camino angosto de sufrimientos. 


En efecto, la noche en que fue entregado al sufrimiento y la muerte, les dijo a Sus discípulos:
“Estas cosas os he hablado para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis aflicción; pero tened ánimo, yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33, RV1977).

¡JESÚS, no promete triunfos mundanos pasajeros que se quedarán aquí cuando salgamos! ¡Sino la plenitud de Su Vida Zoé que permanece para siempre! “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6).

¡Teniendo a CRISTO, lo tenemos todo!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
PADRE ETERNO:
Cuán hermoso es morar bajo tu protección y guía. Sabemos que Tu Palabra es la verdad, es confiable y segura. Ayúdame a compartir la certeza de la fe, la esperanza y el amor que depositaste en mí, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
JESÚS y Su obra es la respuesta más segura en las tormentas de la duda.
Interaccion:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento para obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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