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Lectura devocional: Hechos 4:8-22
Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8 (RV60). Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo… Hechos 4:8 (NTV)
Demás está decir que el sacrificio de aquel joven no fue en vano, DIOS lo usó, no solamente para evangelizar y discipular con efectividad, sino también para impactar a otros, entre ellos, a un par de pastores que nos visitaron desde Colombia, el doctor Carlos García y el Rev. Antonio Balanta. Sin duda, Johnny había sido impulsado por el Espíritu Santo, y estaba allí para ser usado por Él. ¡No sería el único! La historia de la evangelización de la nación venezolana, y particularmente, entre mi denominación bautista, ha sido impulsada por el Espíritu Santo, aquí no estamos hablando de teorías, sino de vidas ordinarias haciendo cosas extraordinarias para la gloria de DIOS.
En efecto, como director del Departamento de Evangelización de la Convención Nacional Bautista de Venezuela en aquellos años, era mi privilegio dirigir la palabra a muchas personas en iglesias, eventos, y también, persona a persona frecuentemente, por medio de ello, yo los entusiasmaba, reclutaba, entrenaba y enviaba. La pasión evangelizadora nos dominaba e impulsados por el Espíritu Santo, DIOS hacía la obra. En uno de aquellos eventos, llegó un hombre comerciante, cerca de los cincuenta años, él vino a hablarme de su preocupación por la falta de fruto en la evangelización personal, todavía me parece verlo allí en el inicio de aquel Adiestramiento caminando hacia el estadio de beisbol, diciéndome: “¡Francisco, no sé qué pasa conmigo, si DIOS no me usa aquí, entenderé que la evangelización no es para mí!”.
Por esta razón, nos detuvimos y oramos, para que, tanto a él como a mí, DIOS nos llenara con su Santo Espíritu. Anhelábamos que el Espíritu Santo nos impulsara, no para tener sensaciones y emociones, sino para hacer la obra, para lo cual, todavía estábamos en esta tierra: orar, evangelizar y discipular. Aquel hombre fue tan útil trayendo personas al SEÑOR, en aquel evento, que después de la Marcha Evangelizadora de ese año, él y su familia rindieron sus vidas al SEÑOR, y llegó a ser un pastor muy usado por DIOS.
Hoy vivimos en la llamada comunidad mundial, el momento más convulsivo de nuestra historia. Se intenta derrumbar lo conocido por un nuevo orden. ¡Nuestro mundo está en llamas! Sin embargo, aquí estamos los cristianos nacidos de nuevo. JESÚS vino, nació, vivió, murió y resucitó en días como éstos y al irse, nos dejó Su Espíritu Santo y los nacidos de nuevo somos habitados, controlados e impulsados por el Espíritu de DIOS y por ellos el pueblo de DIOS es el pueblo de la fe, la esperanza y el amor.
Ahora bien, ¿has pensado alguna vez que la vida cristiana es mucho más de lo que has experimentado? JESÚS dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b RV60). ¡Esa vida abundante es el resultado de ser nacido de nuevo, y de ser habitado e impulsado por el Espíritu Santo en todo tiempo!: ¿Cuál es el propósito? El mismo Señor lo dijo: “…Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19 RV60).
Concluyo diciendo: El verdadero gozo de la vida cristiana es ser impulsados por el Espíritu Santo en búsqueda de hombres y mujeres sin el nuevo nacimiento para llevarles el Mensaje: “Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra” (Hechos 1:8. NTV).
Sí, el Espíritu Santo es el poder espiritual de la evangelización.
Oración:
PADRE ETERNO:
En esta hora te doy las gracias por hacer utilizado a los amados que por más de cuarenta años se han dado a ti primeramente y al Espíritu Santo, los has impulsado para conducir personas a ti, abrir nuevas obras, atravesar fronteras y extender el Reino sin mirar el precio. Bendito y alabado seas. En el nombre de JESÚS. Amén.
Cuando somos obedientes al Espíritu Santo, podemos decir: “Mi lugar está aquí, y estoy feliz”.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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