IGUALMENTE, PARA JESÚS y el apóstol Pablo y los cristianos bíblicos de todos los siglos, Satanás, es una realidad espiritual innegable. Martín Lutero sabía que su verdadero enemigo era el mismo Satanás. Por eso, la primera estrofa del himno, dice:
Castillo fuerte es nuestro Dios,
Defensa y buen escudo;
Con su poder nos librará en todo trance agudo.
Con furia y con afán acósanos Satán;
Por armas deja ver astucia y gran poder;
Cual él no hay en la tierra.
Pero la segunda estrofa, nos presenta a Jesús el verdadero triunfador:
Nuestro valor es nada aquí,
Con él todo es perdido;
Mas con nosotros luchará de Dios el Escogido.
Es nuestro Rey Jesús, el que venció en la cruz,
Señor y Salvador. Y siendo solo Dios,
Él triunfa en la batalla.
Apasionado como era Martín Lutero toma su laúd, instrumento musical que dominaba a la perfección, y con aquella voz que tanto le había dado de comer en su días de estudiante, y que sus contrarios la habían oído en la Dieta de Worms, cuando alzó su voz y dijo: “No puedo, ni quiero retractarme de cosa alguna, pues ir contra la conciencia no es justo ni seguro. Dios me ayude. Amén”.
Hoy en día algunos teológos ya no creen en la realidad de la existencia de Satanás y sus demonios, el enemigo los ha vencido convenciéndolos de que él no existe, ciertamente, el maligno no está contento cuando estamos firmes en la Palabra de DIOS, porque ha sido juzgado precisamente por el triunfo definitivo de la Biblia:
“Y si demonios mil están pronto a devorarnos,
No temeremos porque Dios sabrá como ampararnos.
¡Que muestre su vigor Satán y su furor!
Dañarnos no podrá, pues condenado es ya
Por la Palabra Santa”.
Termino con esta reflexión, Martín Lutero, al igual que otros héroes de la fe, nos dejó un gran legado que los evangélicos modernos no debemos echar al olvido. El mismísimo Papa Juan Pablo II pidió perdón ante las injusticias que se hicieron con aquel monje que leyendo la Escritura descubrió lo que Pablo ya había escrito 1500 años antes, que nuestra justificación delante de Dios es solamente por fe, Martín Lutero lo subrayó en su Biblia cuando escribió: “Sola fide”, solamente por fe. No convirtamos el glorioso evangelio que costó sudor, lágrimas, sangre y muerte a muchos amados para que nos llegara a nosotros la Buena Noticia de que la salvación es el Regalo de DIOS: “Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor”. (Romanos 6:23,NTV).
No me canso de decirlo, JESUCRISTO no dejó Su Gloria para que yo viva un evangelio de pura oferta y fácil. Martín Lutero pagó un precio en sus días: Se alejó de Roma que representaba para él todo en esta vida y se acercó a DIOS, aceptó la salvación como un regalo, mantuvo la fe y triunfó. Tú y yo tenemos que dejarle a la futura generación, al salir de este mundo, lo único que también nos podremos llevar al salir de él, la “herencia incorruptible” de la salvación por fe.
No puedo imaginarme siquiera lo que diría Lutero al ver cómo algunos líderes ecuménicos del mundo protestante de hoy, hace siete años, celebraron juntos los 500 años de su Reforma Protestante, en compañía del Papa…, por ello, creo que el versículo que le habló a Martín Lutero, también nos habla hoy: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17, RV60).
Una vez debemos recordar que la Reforma Protestante, rescató la verdad bíblica de la justificación por la fe y no por obras, como lo dice claramente la Biblia: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”. (Efesios 2:8,9,NVI).
Concluyo:en el plan divino de nuestra salvación, la iniciativa es de DIOS desde el principio hasta el final. ¡Estamos seguros en las manos de DIOS! Y solo por ello: “Somos más que vencedores”. (Romanos 8:37).
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
Amantísimo PADRE Celestial:
Gracias por darnos tu Palabra que es fiel y verdadera. Ayúdanos a vivirla por el poder de tu Santo Espíritu. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Los tesoros de la Biblia están a la disposición de los que escarben buscándolos.