SALUTACIÓN
¡Feliz domingo del SEÑOR para todos!
Francisco Aular
“Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza”. (1 Timoteo 5:17,NTV).
Celebramos en la Misión Bautista Emanuel en 1964, el primer Día del Pastor, y honramos a nuestro pastor Carlos B. Clark. Muchas cosas dijimos de su persona, familia y ministerio. Al final el homenajeado, agradeció todo aquel homenaje y lo remitió al Príncipe de los pastores, el Señor JESÚS (1 Pedro 5: 4), también predicó, y lo hicimos cantar el himno “Usa mi vida” y él, con su sencillez de siempre nos complació y su hermosa voz de tenor bien afinado, rebosó el gozo espiritual de aquel pequeño grupo.
En este mes en varios países se celebra el mes de la Apreciación Pastoral, se dedica un servicio especial para honrar al líder que los preside para cumplir parte de lo que nos indica el escritor de Hebreos: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” (13:7 RV60).
Ahora bien, son varios los vocablos que usa la Biblia para el servidores de Dios en la iglesia, entre ellos: presbíteros, ancianos pero particularmente el nombre de pastor, encierra un hermoso significado del carácter que debe destacarse en él, amante, entusiasta, pacífico, paciente, valiente, benigno y bondadoso, fiel, tolerante, ejemplo constante, y dominio propio.
¿Quién llama al pastor al Ministerio? Desde luego es el SEÑOR como lo dijo el Apóstol: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio.” (1 Timoteo 1:12 RV60). Sin embargo, el mismo pastor, hermanos de la iglesia y otros líderes, pueden ver en todo hombre de probado carácter, un futuro pastor, y hacérselo ver al candidato y orar por y con él. Una cosa es segura como nos decía nuestro profesor Roy Lyon, en clases y en la capilla: “El Seminario no llama a los pastores, su labor es entrenar a los llamados para que desempeñen mejor su trabajo en la iglesia”.
Dicho todo esto, las iglesias locales tienen que entender que su pastor es un ser humano, digno de ser respetado, amado y “bien remunerados”, porque el “obrero es digno de su salario”: “Pues la Escritura dice: “No le pongas bozal al buey para impedirle que coma mientras trilla el grano». Y dice también: «¡Todo el que trabaja merece recibir su salario!.” ( 1 Timoteo 5:18 RV60).
¿Cómo ven nuestra labor los de afuera? Siendo un pastor joven, iba desde Perú a Chile, un chileno de unos sesenta años, muy culto y risueño, se sentó a mi lado. —“¡Me presento”- me dijo, iniciando nuestra conversación de compañeros de viaje- “Soy un hombre de negocios y tengo una posición alta en la compañía que represento”, y dándome la entrada, me dijo: ¿Y usted…? Enseguida, me presenté al escuchar aquel hombre la palabra “pastor”, observe que no le era extraña…”¿Pastor de una iglesia?”… “Sí”, le respondí. Entonces aquel hombre, me dio su definición de lo que para él, era un pastor:
—“Es un hombre a quien Dios ha llamado para salvar, rescatar, aconsejar y ayudar a cuántos se lo solicitan, debe estar preparado las 24 horas; hacer todo el bien que pueda, porque si falla en esto, o cuando ya sea viejo: sabio pero sin bienes materiales, lo arrinconarán y lo olvidarán…”
Como ustedes saben, yo soy un apasionado de mi vocación, así le respondí:
—Los que servimos Señor, no podemos ir más allá de lo que el mundo hizo con Él. Estamos llamados a llevar Su cruz cada día, con la confianza de que Él cumplirá Su promesa: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré…” (Hebreos 13:5 NVI).
En particular, en mis 59 años en la vida cristiana y 52 de vida ministerial me he movido en todas las denominaciones cristianas, he conocido pastores cuyas vidas me impactaron y cuya amistad me honra. Claro que también he tenido la bendición de trabajar con mi propia denominación, en mi país Venezuela, allí los de mi generación en su mayoría, tenemos la impronta de aquellos hombres y mujeres que nos han enseñado con sus vidas ejemplares que bien vale la pena, servir al SEÑOR. Todavía no estamos en nuestro verdadero hogar, al llegar allí, la tierna voz de quien nos puso en este Ministerio, nos dirá: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”. (Mateo 25:23 NTV).
En definitiva, amadas Iglesias que me leen, ¡amen a sus pastores, y denle la mejor remuneración que ustedes puedan darle! ¡Pastores, amemos amemos nuestras iglesias y recordar que no estamos para ser servido sino para servir!. Haya buena paga o no, debemos cumplir nuestra labor, de ser posible con el doble gozo con que la iniciamos. Este es espíritu que nos debe dominar en esta vida temporal. Puedo afirmar en es este otoño de mi vida, lo que dijo el salmista: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan”. (Salmo 37:25).
¡Feliz mes de Apreciación pastoral para todos ustedes! Porque ante todo, el Pastor es un obrero digno.
¡Feliz domingo del SEÑOR para todos en todas partes!
¡Felicitaciones a la naciente IGLESIA BAUTISTA EMANUEL DE CALGARY, hoy cumplimos nuestro tercer aniversario!
Para los canadienses: ¡FELIZ DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS, mañana lunes 10 de octubre!
Por otra parte, hoy vamos a la reunión con el gozo puesto en JESÚS, Él merece que le rindamos nuestras vidas. ¡No te quedes en la casa! ¡Ven te esperamos!
¡Adelante, siempre adelante!
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