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Lectura devocional: Mateo 28:16-20
Versículos de hoy:
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
Mateo 28:19,20 (NVI)
“La Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo es el más grande plan que ha sido propuesto al género humano; es presentado por la más extraordinaria persona que ha vivido, respecto del mayor poder revelado a los hombres y conteniendo la más grande promesa que se registra en la historia”
Dr. Bill Bright
El misionero holandés Justinian Von Weltz (1621-1688) Fue el primero que nombró al mandato de JESÚS, la Gran Comisión. Más tarde, Hudson Taylor (1832-1905) Lo hizo popular hasta nuestros días. Pero creo sin lugar a dudas que quienes la hemos hecho nuestra razón de ser y hacer, somos los bautistas del sur.
Al escribir este tema, basado en la manera como DIOS nos habla en Su Palabra durante veintiún días del gran hecho que cambió la historia del mundo, hace dos mil años. Tengo delante de mí, el libro “Palabras de CRISTO ante, desde y después de la Cruz”. (CBP, El Paso, TX, 1965). Cuyo autor es el finado Dr. R. Earl Allen. He adaptado la idea y estoy escribiendo estas veintiún Perlas del Alma sobre el tema. Hoy nos nos toca la Quinta Palabra después de la Cruz. Hoy hablaremos sobre la Gran Comisión.
Como deben ser las cosas la primera vez que oí sobre la Gran Comisión, fue en la iglesia y yo un recién convertido. DIOS puso a mi lado una familia eclesiástica formada por creyentes de muchas nacionalidades en aquel pequeño grupo. Mi consejero principal en aquellos días fue mi “Papá” Carlos Clark, nuestro amado pastor. DIOS usó aquel hombre para marcar mi vida, de eso hace 58 años. ¡Todos los días me viene a la cabeza algunos de los himnos que entonces se cantaban en la iglesia, muchos de ellos sobre tres grandes temas: la oración, la evangelización y las misiones! Todo esos cantos los tengo en mi genes espirituales. ¡Los englobo en cantos de la Gran Comisión!
Estuve muy claro desde mi niñez espiritual que sería un misionero de la Gran Comisión toda la vida. ¡En eso he andado desde la primavera hasta la caída del otoño de mi vida! Ahora bien, Cuando JESÚS dio su Gran Comisión en un monte desconocido de Galilea, declaró la misión de Su Pueblo en términos que no dejan ninguna duda respecto a nuestra única razón de ser y hacer en este mundo, mientras Él retorna: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19,20 NVI).
La Gran Comisión, me inspiró para llevar el mensaje más allá de las cuatro paredes del templo en Chacaíto. En 1964, nuestro pastor hizo un mapa de las urbanizaciones que nos rodeaban allí en Este de Caracas, y fuimos por el Country Club, Los Cedros,
Sabana Grande, Chacao y la Castellana, visitando casa, repartiendo literatura e invitando a nuestra actividades evangelizadoras. Fuimos por las casa, las plazas y centros comerciales obedeciendo al mandato del SEÑOR. Visitamos también barriadas de personas pobres. Plantamos una iglesia en un lugar que se llama Barutas. En esos días aprendi a decirle al SEÑOR: “Si CRISTO me guía doquiera yo iré”.
La Gran Comisión me hizo un diezmero y ofrendador mi lema era: “Si CRISTO conmigo va, yo iré”. Porque sentí con la Palabra de DIOS que algunos misioneros de la Gran Comisión van pero los que quedamos atrás, debemos respaldarlos con tres acciones: Orar por misión. Enviar misioneros. Dar recursos financieros para sostener dignamente a nuestros misioneros.
La Gran Comisión me enseñó desde esos años de mi adolescencia espiritual, que servir al SEÑOR es un desafío para toda la vida para llevar la Buena Noticia de la vida eterna para todo “aquel que cree”. Es una tarea para ejercerla a donde DIOS me lleve, sea la montaña, las ciudades y hasta en los áridos terrenos del desierto, mi lema en ese tiempo: “A CRISTO yo sigo sin más dilación”.
La Gran Comisión y la obediencia al SEÑOR JESUCRISTO, me acompañan en esta hora en que mis fuerzas ya declinan, pareciera que la belleza de la tarde adorna al crepúsculo, ahora mi parte en este tiempo es quedarme pera que ellos vayan. Sin embargo la oración mi compañera de viaje va acompañando a los misioneros que con plenitud de sus fuerzas van como un ejército orden, voy con ellos con mis plegarias; aquí estoy contento, tengo nuevos creyentes en mi grupo de discípulos, aquí mi “luz haré brillar, testigo de CRISTO, “doquiera yo iré”.
La Gran Comisión dada por el SEÑOR JESUCRISTO, es reseñada en cinco versiones en el Nuevo Testamento a saber, en los cuatro Evangelios y en Hecho de los Apóstoles. Todo el resto de la historia del Cristianismo se han hecho grandes cosas, sobre todo en los últimos cuatro siglos; se han cruzado fronteras, mares, valles, desiertos, pequeñas y grandes ciudades; se han vencido imperios, ideologías y barreras contra los hombres y mujeres que han hecho esfuerzos que sí mismo son milagrosos, obedeciendo al SEÑOR; unos han orado, atravesando con sus oraciones desde cualquier lugar en que los cristianos han clamado; otros han dado recursos económicos a través de sus diezmos, ofrendas y donaciones; pero lo más glorioso son los recursos humanos que han muerto en la primera fila en alguna nación, llevando el mensaje hasta la última frontera, y martirizados por aquellos mismos a los cuales, les llevaban el mensaje de vida eterna. El lema de ellos era: “La voluntad de CRISTO yo quiero obedecer”.
Hoy finalizo estas notas sobre la COMISION, recordando unos de aquellos domingos en que nuestro pastor con su preciosa voz de tenor comenzaba el Servicio Dominical, diciéndole a la iglesia que íbamos a entonar un precioso himno que nos hablaba de la COMISIÓN principal que los cristianos debemos hacer en esta vida para el reino: “¡Por favor, abran sus himnarios en número 222, y pongamos en pie con mucho gozo en nuestros corazones”. ¡Mi mente volaba hacia el futuro y sabía sin haber sido nombrado, que yo sería un misionero de la Palabra de DIOS! Aquí les dejo el himno:
Si CRISTO conmigo va
(NHP#222, CBP, El Paso, TX) 1955
I
Ya sea en el valle do el peligro este,
O que en la luz gloriosa de paz habite yo,
A mi Jesús diré: " tu voluntad haré,"
Si Cristo me guía, doquiera yo iré.
Coro:
Si Cristo conmigo va , yo iré.
yo no temer´, con gozo iré, conmigo va;
es grato servir a Jesús , llevar la cruz,
si Cristo conmigo va , yo iré.
II
Si al desierto quiere Jesús que vaya yo,
llevando buenas nuevas de santa salvación;
si allí en dura lid, mi campo señaló,
a Cristo yo sigo sin más dilación.
III
Aunque mi parte sea mi dura cruz llevar,
Diré a mis hermanos también su gran poder,
Contento quedaré, mi luz haré brillar;
Testigo de Cristo doquiera yo iré.
IV
La voluntad de Cristo yo quiero obedecer,
Pues en la santa Biblia encuentro mi saber,
Y con su gran poder al mundo venceré
Si él va conmigo, doquiera yo iré.
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por tu HIJO JESUCRISTO, a quien enviaste como el Primer Misionero a este mundo perdido! ¡Gracias por los misioneros de tu Palabra que hablaron de ti! ¡Ayúdame para que lleve tu Evangelio a las naciones! En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Esta COMISIÓN depende de nosotros los discípulos nacidos de nuevo para que no se detenga.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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